Efectos del cambio climático en las ventas del distrito de flores de Los Ángeles

Efectos del cambio climático en las ventas del distrito de flores de Los Ángeles

Las lilas cuentan tranquilamente la historia del cambio climático. Desde la década de 1950, los fenólogos de los EE. UU. las han utilizado como una “planta indicadora” para rastrear el inicio de la primavera debido a su extrema sensibilidad a las temperaturas. Sus flores aclaran el primer día cálido de la temporada no solo como un sentimiento, sino como un hecho.

Resulta que las lilas han estado floreciendo un día antes cada tres años desde 1973. Durante esos años intermedios, sin embargo, las flores de las lilas han llegado temprano, tarde, como se anticipó, todo un indicador de un clima cada vez más errático.

Aunque Sou Sisoumankhara trabaja con flores todo el día en el distrito de flores de Los Ángeles, cuando puede, conduce hasta la granja de un amigo en Acton, California, para recoger lilas. Es algo que ella dice que “todos deberían hacer en su vida si tienen la oportunidad: ir a una granja de lilas justo después de que hayan florecido y oler las lilas mientras las cortas a mano”. A mediados de marzo, suele ser el momento de hacer su peregrinaje anual para recoger las flores tumescentes. Este año, no abrieron hasta mediados de abril.

“Las lilas llegan tarde. Las hortensias están heladas. Las rosas se están pudriendo “. La crisis climática se abre camino en conversaciones en torno a los mercados de flores de Los Ángeles, los vendedores y mayoristas intercambian observaciones sobre qué especies de flores están luchando, mutando en formas irreconocibles o muriendo en masa. Lo que pudo haber sido atribuido al “clima extraño” hace tan sólo unos años en el mercado ahora se llama directamente: cambio climático. Si bien muchos negocios de flores continúan enfrentándose a la desestabilización por la pandemia, lo que alguna vez se sintió como el lento ardor de un clima impredecible se ha convertido en un incendio inevitable. Lo que está disponible en los mercados siempre ha estado en el capricho del clima, pero lo caprichoso se ha convertido en catastrófico a medida que las olas de calor, la sequía, las inundaciones, los frentes fríos y los incendios forestales desfiguran y destruyen los cultivos en todo el mundo.

Hay toda una “red lila” que se extiende de costa a costa, formada por voluntarios que han pasado décadas documentando los días exactos en que los capullos se abren y el invierno se convierte en un pensamiento pasajero.

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin
Share on whatsapp
Share on telegram

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *