México sigue trabajando por los derechos de obtentor – SNICS

México sigue trabajando por los derechos de obtentor - SNICS

Entrevista realizada a Leobigildo Córdova Téllez por Mariana Arias 

 

Leobigildo Córdova Téllez es el Director General del SNICS (Servicio Nacional de Inspección y Certificación de  Semillas) en México, egresado de la Universidad Autónoma de Chapingo, contando igualmente con una maestría en Ciencias en Tecnología de Semillas por la Universidad Estatal de Mississippi, así como de un doctorado en Filosofía en Producción de cultivos por la Universidad Estatal de Iowa; su labor constituye un importante papel en la emisión de los derechos de  obtentor y la protección de la propiedad intelectual. En la siguiente entrevista nos comparte  información relevante acerca de los procesos de registro, el funcionamiento del SNICS y los  beneficios de producir variedades registradas. 

M – ¿Cuál es la relación o trabajo en conjunto del SNICS y la UPOV (Unión Internacional para  la Protección de las Obtenciones Vegetales)?

L – México es miembro de la UPOV desde el 1997 donde comenzaron los primeros registros  de propiedad intelectual a partir del 2002 y a partir del 2003 se tuvo un buen número, el cual ha  ido aumentando considerablemente a partir de esa fecha, pues México empezó a tener este  reconocimiento en propiedad intelectual a través de la emisión de un título de obtentor.

M – Recientemente el SNICS publicó el catálogo de variedades vegetales, ¿eso significa que  son las únicas que deben pagar derechos de obtentor?

L – Sí… se publican mes con mes en la gaceta todas las nuevas variedades a las que van  emitiéndose el título de obtentor, pero también se publican aquellas que en algún momento dado  ya culminó su periodo de uso de exclusividad y en términos generales quedarían en el dominio  público. Estos son datos mensuales.

M – ¿Cómo se puede fortalecer a los obtentores mexicanos? 

L – En un principio, cuando empezaron estos registros de obtentor, había un poco de  resistencia sobre todo en las instituciones de enseñanza e investigación públicas, no por el sector  privado. Sin embargo, aumentaron a medida en que fueron conociendo más acerca del tema y  que fueron viendo beneficios. Aquí en México tenemos en el CONACYT un registro que tiene que  ver con los investigadores y que les da cierto privilegio e incluso una beca económica, se le llama  el Sistema Nacional de Investigadores. Y en ese sistema se empezó a reconocer estos títulos de  obtentor, en un equivalente a la generación de una patente en otras áreas, por lo que es un  producto que da mucho peso a los investigadores que están dentro del sistema. Entonces cuando  un investigador en un periodo de evaluación de tres o cuatro años reporta 3 títulos de obtentor es  como si dijera que tuvo tres patentes o equivalente a que dijera que publicó tres artículos  científicos en una revista internacional de impacto. Un beneficio para los fitomejoradores y para  las empresas, es poder contar con un tiempo de aprovechamiento de exclusividad y que a los  investigadores de las instituciones públicas se les otorgue un reconocimiento a quien generó la  variedad, además de que en un momento dado estas instituciones públicas podrían poner de  manera gratuita disponible el material. Estos son aspectos que se fueron trabajando con las  instituciones y que han permitido que muchas de las instituciones públicas en nuestro país  soliciten estos títulos de obtentor.

Quizás ahorita hay un bajo aprovechamiento porque no es solamente generar la variedad, sino  que ahora hay que llevarla a los usuarios y esa es una etapa en la que tenemos que trabajar y  estamos trabajando, para que así, un mayor número de innovaciones tengan potencial y lleguen a  los usuarios; pero de entrada el número de innovaciones si ha venido incrementado.

M – ¿Qué pasa con la industria ornamental cuando no se pagan los derechos de obtentor?

L – Esta es una de las problemáticas que hemos detectado en el sector y lo podemos  comparar por la forma de multiplicación, por ejemplo, donde tenemos un mayor control sobre las  innovaciones respecto a la propiedad intelectual es en la variedades o en los híbridos que se  multiplican y que la empresa sigue teniendo el control de los parentales. En caso de variedades  que tienen reproducción autógama, donde el productor toma de la semilla producto de la cosecha  para sembrar el siguiente ciclo y se mantienen las características, ahí es donde tenemos una  mayor problemática en el control de la propiedad intelectual. Lo mismo pasa con los ornamentales  donde muchos son de reproducción vegetativa y entonces es más difícil mantener un control en el  respeto a la propiedad intelectual. Nosotros hemos trabajado aquí ya por más de dos años en  estudiar la cadena de valor, la cadena de multiplicación de semilla y de alguno de estos  materiales; tenemos ahorita ya bastante trabajado el de rosa, que es donde tenemos mayor  problemática y donde nos han reportado más problemas respecto a la propiedad intelectual.

Por lo que si no tenemos un control en el proceso de multiplicación pues va a ser difícil tener un  control respecto a la propiedad intelectual y ahí es donde estamos trabajando, en el que a través  de un proceso de multiplicación de unidades o de viveros que estén autorizados para llevar a cabo  esa multiplicación, a través de contratos específicos del movimiento de ese material para la venta  y producción hacia el mercado y si se exige que el material que va a ingresar a las tiendas  departamentales cuente con ese respeto a la propiedad intelectual, entonces podemos ejercer un  control muy específico. Nosotros aquí en el SNICS aparte de llevar el registro de esta propiedad  intelectual, llevamos a cabo todo el proceso de producción de semilla en categoría certificada, y  eso es lo que estamos buscando con algunas ornamentales sobre todo las que tienen mucha  demanda y mucho valor como lo es el caso de la rosa, el caso de la gerbera, entre otros…  estamos buscando implementar este proceso de certificación de semilla, de producir y multiplicar  el material bajo un esquema de certificación. Entonces si nosotros vamos ejerciendo ese control,  vamos a ayudar mucho a los fitomejoradores a que se les brinde ese respeto a la propiedad  intelectual. Entonces obviamente viene un trabajo muy fuerte entre el generador de la variedad, el  innovador, el que va a ser el representante en México, para que cuente con toda una estrategia y  que se respete la propiedad intelectual trabajando de manera conjunta con nosotros. Esto es algo  que estamos implementando; en el caso de rosa ya generamos el mecanismo para que se  produzca semilla certificada. En el caso de la semilla, nosotros no solo hablamos en términos de  semilla botánica o de algunos frutos, sino también partes de planta que en este caso pueden ser  varetas o pueden ser yemas que podemos certificar, por lo que el concepto de semilla en la ley de  producción y certificación de comercio de semillas es un concepto amplio, que involucra incluso  plantas completas. Entonces eso es lo que nosotros hemos ofrecido, porque es la manera en que  podemos ayudar a los fitomejoradores y que nos ayuden también a ejercer ese respeto en la  propiedad intelectual. Este planteamiento incluso lo hicimos con los Países Bajos y les gustó  muchísimo… para poder tener mecanismos que ayuden a tener un mayor control en el respeto a  la propiedad intelectual en estos materiales de fácil reproducción. Entonces creo que es parte del  camino, es un gran reto ya que si no tenemos un control muy estricto en el manejo pues se puede  distorsionar y se puede perder el control en el respeto a la propiedad intelectual. Un ejemplo de  dónde se tiene un control muy estricto, que las propias empresas y los mismos innovadores han  implementado, es en el caso de frutillas, zarzamoras, frambuesas y fresas, donde la propia  empresa generadora sí registra la propiedad intelectual y venden esas variedades con un contrato  muy específico. Entonces debemos implementar mecanismos que puedan ayudarnos a este  control en la propiedad intelectual para fomentar el uso de nuevas variedades; si no hay una  recuperación del capital pues aquellos generadores no van a tener recursos nuevos para seguir  generando nuevas variedades, entonces no se hace un círculo virtuoso que es lo que se requiere  en este tema.

M – ¿Por qué es importante producir con variedades debidamente registradas? 

L – Nosotros llevamos dos registros aquí en el SNICS, uno que es el referente al de UPOV  que es el título de obtentor, el cual es un derecho de propiedad intelectual y llevamos otro registro  que le llamamos catálogo nacional de variedades vegetales. En este catálogo se registran todas  aquellas variedades que van a entrar a un proceso de producción de semilla certificada, entonces  aún cuando no tengan una protección intelectual, este registro sirve para tener un control en cómo se multiplica y quién multiplica las variedades, es esta segunda parte la que falta mucho en el  sector ornamental. El registro les va a permitir, si tienen el título de obtentor, ejercer esa propiedad  intelectual a través de las demandas, a través de los mecanismos que existan para poder tener un  respeto hacia esa propiedad intelectual y ejercer su derecho. Así México podría contar con las  mejores variedades para ser competitivo en el ámbito nacional e internacional, por la ubicación  donde está posicionado nuestro continente y por los climas que tenemos; creo que hemos  desaprovechado una gran oportunidad de ingresar a los mercados internacionales, sin embargo  es un área de oportunidad muy grande, pero tenemos que trabajar en estos términos que vengo  señalando para que se haga ese círculo virtuoso y contar con las mejores variedades  competitivas a nivel nacional e internacional.

 M – ¿Qué requisitos pide el SNICS y el gobierno mexicano para registrar una variedad vegetal  y cuánto cuesta registrar una variedad vegetal?

L – El registro que tenemos con título de obtentor que nos brinda el aprovechamiento de  exclusividad por un tiempo determinado, todo el proceso sale alrededor de $26,000 pesos  mexicanos, y luego hay que pagar refrendo cada año, que es al rededor de $3000 pesos. Para  ello, hay que contar con cinco aspectos importantes, el primero de ellos es que sea nueva, hay  que demostrar que no se ha comercializado en el mercado y si se ha comercializado hay tiempos  marcados. Por ejemplo, si es un material que se generó aquí en México, si se empezó a  comercializar tiene un año para solicitar ese registro, si se pasa el año ya no tiene derecho; si es  un material que se generó en otro país tiene tres años, pero si llega después de ese tiempo aquí a  México la solicitud ya pierde ese derecho. Entonces hay tiempos marcados y eso es a lo que se  le conoce como “demostrar la innovación”, que sea nueva. El segundo aspecto es el nombre de la  variedad, que no representa un gran reto, pero sí en ocaciones va y viene el expediente porque le  ponen un nombre que no está adecuado a la normatividad, el nombre debe ser único en la  especie y en el cultivo a nivel internacional. Por eso todos los países miembros de la UPOV,  cuando se le da un nombre a la variedad pues tienen que entrar a buscar en la UPOV para ver si  no hay ya una variedad con ese nombre, pero es algo que se puede solventar… lo más  importante es lo primero y los otros aspectos tienen que ver con la genética. Que sea nuevo  genéticamente, es decir que sea una variedad que sí tenga características nuevas, que sea  homogéneo y estable genéticamente. Por lo que se debe hacer una descripción del material, con  carácteres morfológicos en al menos dos ciclos de producción. Entonces son cinco elementos: la  novedad, el nombre y que sea distinta genéticamente, homogénea, y estable. Estable quiere decir  que las características se mantienen en los siguientes ciclos de multiplicación genéticamente. La  diferencia con el otro registro que tenemos de catálogo nacional de variedades vegetales es que  como no ofrece esa propiedad intelectual y esa exclusividad, solamente se pide, que sea distinta,  que sea homogénea y estable genéticamente, entonces un material que ya se le emitió el título de  obtentor prácticamente en automático pasa al catálogo, pero sí se tiene que hacer la solicitud. Y el  costo para el catálogo son solo $300 pesos la inscripción y ahí no hay refrendo ni nada, porque es  un requisito para el proceso de producción de semilla certificada.

M – ¿Cuánto tiempo se tardan en liberar un registro ?

L – Vamos desde 4 meses hasta más de un año, y todo depende de cómo venga el  expediente… si el expediente viene completo y bien armado, con todos los elementos, en  tres o cuatro meses puede salir. Pero si el expediente no viene completo se tiene que  solicitar información, hay tiempos marcados para ello, a veces incluso piden tiempo  adicional al que está establecido en la normatividad y eso nos va alargando el proceso.  Aquí lo importante es traer el expediente completo con toda la información que se solicita  tanto técnica como jurídica y administrativamente. Mientras que los expedientes que nos  llegan completos a lo mucho en seis meses ya está el título de obtentor emitido.

M – ¿Existe además de SNICS algún organismo que se encargue en México de la protección  a la propiedad intelectual de las plantas ornamentales?

L – No, la Secretaría de Agricultura a través de nuestro conducto con nuestro apoyo es la  encargada en variedades vegetales, no hay otro organismo. Entonces es el gobierno  federal y le corresponde a la Secretaría de Agricultura con nosotros para a hacer esa labor.

M – ¿México está adherido ya a la carta de UPOV 91?

L – No, está el proyecto de iniciativa de ley, mas no ha sido votado todavía. Se ha venido  trabajando por muchos años en este tema, es un tema muy controversial, sin embargo pues hay  compromisos incluso internacionales en los tratados internacionales, en el T-MEC, con la Unión  Europea, en el TTPP; entonces hay compromisos internacionales que en un momento dado pues  nos van a ir obligando a esta migración hacia UPOV 91. Ahorita está el proyecto, no sabemos en  qué termine, no es un tema sencillo, es un tema controversial por ser México un centro de origen  de diversidad de muchos cultivos. Pero bueno, tenemos que ir avanzando. Entonces es un tema  que está en la agenda y ahora si que vamos a ver cómo culmina esta legislatura y a ver qué  continua en la siguiente, si es que no saliera en esta.

M – ¿Por qué los hibridadores mexicanos no registran sus variedades ?

L – Si lo hacen, yo creo que ahorita más bien son contados los que no lo hagan. Porque como  yo señalaba, hay un incentivo en este sistema nacional de investigadores, entonces al tener un  valor en este sistema, aquellos investigadores de las instituciones públicas, yo diría que la  mayoría o si no es que todos ya nos están solicitando esa protección.

M – ¿Qué mensaje quieres darle a los productores de plantas, follajes y flores de corte?

L – El mensaje es que trabajemos para todas estas especies, en las cuales no hacemos el  proceso de certificación de semilla aquí en el SNICS. Que entremos a este esquema para  ayudarles, para tener un mejor control en el proceso de multiplicación de esas innovaciones y  fortalecer todo el mecanismo para el respeto de la propiedad intelectual y que en un momento  dado se cobren las regalías correspondientes para hacer ese círculo virtuoso de que se cuente  con el recurso para la generación de nuevas variedades. Entonces creo que si trabajamos este  aspecto no solamente el que nos soliciten el registro con la propiedad intelectual, sino entrar a la  siguiente fase de una multiplicación de semilla bajo este esquema de certificación, va a ayudar  muchísimo. Entonces eso es lo que yo les pediría, que trabajemos en estos aspectos, en los  cultivos de mayor demanda, de mayor importancia, de los que tengamos más problemática en el  respeto a la propiedad intelectual, necesitamos esa colaboración muy estrecha y muy fuerte.

Como vemos, México sigue creciendo en número de solicitudes para el registro de nuevas  variedades y la obtención de títulos de obtentor, así como adquiriendo mayor fuerza y control  sobre la protección de la propiedad intelectual. SNICS continua trabajando por los derechos de  autoría y pide la colaboración de los investigadores e innovadores para seguir protegiendo dichos  derechos.

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